6 de octubre de 2009

LLUVIA


Sí, en Andalucía, sería el momento preciso para las lluvias esperadas después de la estación seca. Pero vemos pasar los días, y no llega la bendita lluvia. Días de calor y las nubes pasan como si de una carrera se tratase. Las cosechas se han recogido, quedan aún zonas por recolectar el algodón. Las naranjas llegan a nuestra casa, la aceituna se transforma en oro, la uva reposa en su cama, pero los ríos bajan secos, no veo esos caudales de antaño.

El mar necesita sangre nueva, sus entes, esperan el alimento, pero sólo llega basura y aguas turbias de nuestros pueblos.

La sangre que corre por las arterias de regajos, arroyos y ríos, baja sin presión, no oxigena la vida de su alrededor, y el frío del desierto avanza por sus músculos endurecidos.

De niño veía correr los arroyos de mi dehesa, sus barbos, tortugas y anguilas, llenaban de vida la transparencia de las aguas. De joven, las vi estancarse, cercando los límites de movimiento de sus entrañas. De mayor, vi construir en sus cauces, su vida aniquilada y su huella enterrada.

Pasan los días y no llega la bendita lluvia, pero la madre tierra, aun no olvida por donde iban sus aguas.

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