25 de enero de 2010

THEBA PISANA







Conocido en Andalucía como “caracol blanco o chico”, Theba pisana (familia HELICIDAE Rafinesque) es el caracol más común en nuestra comunidad, y en nuestros bares, aunque recientemente, para las tapas se importa caracol de Marruecos. Entre sus dos subespecies, la más conocida es Theba pisana pisana, extendida por Europa Occidental. Sin embargo, Theba pisana arietina, menos conocida, es endémica de la Sierra de San Cristóbal en la provincia de Cádiz, entre Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María, y en regreso en dicha zona, debido al avance de la anterior.

Caracol hermafrodita, es decir, tiene ambos sexos, necesita otro individuo para aparearse, y curioso, ambos pueden quedar fecundados.

Normalmente no se aleja de la costa, exceptuando en el Valle del Guadalquivir, y no suele llegar a cotas superiores a 600 m. Puede establecerse en diferentes ambientes, desde dunar a agrícola, incluso en matorral. Su diámetro oscila entre los 12 y 22 mm. Abundan en zonas húmedas y umbría, para favorecer su contenido hídrico. No tienen actividad mientras llueve, pues podrían ahogarse en el agua acumulada en la tierra, su velocidad de avance es de media 0,05 Km/h, nada rápido si hay que salvar la vida, aunque eso sí, considerada esta una velocidad alta en el mundo de los caracoles terrestres. Por esta razón es más fácil encontrarlos tras las lluvias. De hábito nocturno o crepuscular, en época de sequía se esconde dentro de la concha y se encierra elaborando un “tapón” a base de moco seco llamado epifragma.

Su vida media oscila entre los 2 y 3 años. Sus poblaciones son altísimas allí donde tienen un óptimo desarrollo. Quizás, para los amantes del placer gustativo de estos moluscos es muy interesante, pues en poco espacio hay cientos de individuos. Este mismo hecho, provoca que en los cultivos agrícolas donde se desarrollan colonias de caracoles, el daño llega a ser alto debido a la densidad de población, y más acusado, tras los períodos de lluvia, cuando su actividad se incrementa. Algunos caracoles hibernan en el invierno, y cuando lo hacen pueden llegar a perder hasta el 60 % del peso de su cuerpo, me imagino el hambre con el que salen después de su sueño. Existen numerosos depredadores desde pájaros a erizos, pero el ser humano sigue siendo su principal enemigo.

Su alimentación incluye plantas, frutas, verduras y hongos. Los caracoles comen usando su rádula, una lengua áspera para raspar el alimento, como si se tratase de una lima. Este modo de alimentación provoca verdaderas obras de arte de la naturaleza, como la que ocurre con las poblaciones instaladas en naranjos. En este cultivo ataca tanto a la hoja como a la propia naranja. Es en la hoja donde el caracol llega a crear una fantasía. Debido a su lengua áspera, en cada “bocado”, desprende pequeñas tiras de su alimento, y en su banquete, deja convertida la hoja en una telaraña vegetal. Aunque normalmente, ataca zonas pequeñas de las mismas, en ciertas ocasiones, es capaz de transformar hojas de 150 mm. en un entramado de conexiones, límites de sus bocados.

21 de enero de 2010

LA FLOR NIÑA DEL MELOCOTÓN







El melocotonero (Prunus persica), se incluye dentro de los frutales de hueso. Eminentemente cultivo mediterráneo, fue introducido en España por los romanos, y actualmente los países mediterráneos producen el 42% del total mundial.

En España, Lérida, Huesca y Zaragoza siguen creciendo en hectáreas y producción, aunque Andalucía baja en ambas. La dura competencia con el norte de África, los elevados costes de mano de obra y la concentración de la producción, hacen de este cultivo un fuerte interrogante hacía su futuro en nuestra Comunidad.

La fruta, la más temprana de España, nace en Andalucía. Melocotón y nectarina de carne blanda y exquisito sabor, casi toda su producción se destina a exportación, pero su belleza se queda en nuestra tierra.

En unos días el árbol dormido desprenderá toda su energía, y desarrollará hojas y flores, vida y amores, que en sus paisajes quedarán para ser pintados en nuestras retinas, con colores blancos y rosas, y en su fondo verde de real ilusión por llegar el primero, por dar la salida, aunque su corazón valiente, no teme al frío del invierno, no sabe que aun quedan 60 días para la primavera.

Se adelantó en su floración, y antes de acabar el mes, llegarán los colores a sus brazos. Sus flores nacerán como gotas de lluvia, en cada centímetro de sus fruteros; y la alegría correrá como sangre de esperanza. Inundados sus campos, las flores blancas marcan el retorno de la luz, el día avanza y ellas engalanadas rosas se marcan, maquilladas por su polen, que sus estambres amarillos les lanzan. Abejas distraídas, que el festín no pueden reprimir, miles de flores en su ruta, que codiciado néctar le suministran. Ellas en su vuelo divisan la hermosura, y el aire celoso, sus pétalos les quiere robar, pero no más lejos de su realidad, nuestro árbol sensible sabe administrar, y al aire en su idioma le dice:

Palabras llevas de la madre,
y en tus celos quieres volver,
llevarte mis colores y recoger.
Mi vida la cierras en tu odre,
y el tiempo de verlas crecer.
Mis hijas caídas de su padre,
a mis pies dejo reposar,
déjame una a una abrigar.
Llévate mi alma en tu landre,
deja mis niñas, unos días soñar.


La flor blanca del melocotón, brilla en la mañana, que el sol vuelve a iluminar. Sus pétalos a rosa viran, y en su caída avisan que la primavera en breve llegará.

15 de enero de 2010

PARQUE NATURAL SIERRA DE ARACENA Y PICOS DE AROCHE, HUELVA

Jabuguillo
Ntra. Sra. de los Ángeles, Alajar
Peña de Arias Montano
Jabuguillo
Fuenteheridos
Fuenteheridos
Fuenteheridos
Jabuguillo
Aracena

Alajar

En Cádiz y Málaga, Sierra de Grazalema y Serranía de Ronda; en Granada La Alpujarra; en Sevilla Sierra Norte, son los pueblos y parques que hemos visitado en Naturalesante, hoy en Huelva, Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Alájar, Almonaster la Real, Aracena, Aroche, Arroyomolinos de León, Cala, Cañaveral de León, Castaño del Robledo, Corteconcepción, Cortegana, Cortelazor, Cumbres de Enmedio, Cumbres de San Bartolomé, Cumbres Mayores, Encinasola, Fuenteheridos, Galaroza, Higuera de la Sierra, Hinojales, Jabugo, Linares de la Sierra, La Nava, Los Marines, Puerto Moral, Rosal de la Frontera, Santa Ana la Real, Santa Olalla del Cala, Valdelarco y Zufre, 28 municipios que en su seno albergan las 186.827 hectáreas del Parque Natural.

Las aguas del río Múrtigas y la Rivera de Huelva, alimentan en su caminar a un inmenso parque, y en su filtración a la profundidad originaron cuevas de enorme valor, siendo la más conocida como la “Gruta de las Maravillas” en Aracena. Su vegetación dominada por encinas, alcornoques y quegijos, y matorral de coscojas, cornicabras y zarzaparrillas, que la humedad eleva, y sus helechos le pueblan. El lince, la nutria, el gato montés, el meloncillo, el turón, la garduña y la gineta, sus senderos en la tierra y el aire dominado por el águila culebrera, el águila real, el águila calzada, el buitre negro, el buitre leonado, el cernícalo primilla y la cigüeña negra.

En la sierra de Huelva, la brisa del Atlántico, llega a descansar, sus bosques umbríos de humedad, y helechos y musgos, que en cada paso puedes admirar, hacen de esta zona, un vergel en Andalucía. Al norte los mejores senderos, solitarios y acogedores, al sur el frío y sus bosques, al oeste de camino a Portugal y al este Sierra Morena, que en sus dehesas por Sevilla a Córdoba llega a descansar.

Sus pueblos con enorme arquitectura, de siglos pasados, la Iglesia fortaleza de Aracena, el castillo de Cortegana o la Peña de Arias Montano de Alajar, destacan como construcciones humanas, pero la naturaleza hizo algo en sus entrañas que no pudieron superar, “la Gruta de las Maravillas”.

Sus 28 pueblos necesitarían un mes para conocerlos, sus ríos 1 año para andarlos, sus 186.827 has. una vida para apreciarlas, y su legado la eternidad para conservarlas.

De Rosal de la Frontera a Zufre, de aquí a Santa Olalla del Cala, sigo al pueblo de mi pasado, Arroyo Molino de León, y llegaré a Encinasola. Dentro de mi ruta, si con mis manos pudiera abrigar, queda el pulmón serrano de Huelva, donde el sol ve crecer, el ibérico en sus dehesas, la luna ocultará el secreto de su sombra, y en la tierra mil senderos de vegetación quedarán para atravesar. El bosque de Huelva te invita a pasear.

MÁS INFORMACIÓN:

SIERRA DE ARACENA
http://www.sierradearacena.net/


12 de enero de 2010

NIEVA EN LA VEGA DEL GUADALQUIVIR SEVILLANA

Melocotón en la Vega del Guadalquivir

En algún lugar de Sierra Morena
 
El martes 2 de febrero de 1954, se registraba en la Vega del Guadalquivir de Sevilla temperaturas por debajo de 0 ºC, en general, llegaban a -2 ºC. La provincia esperaba la llegada de la nieve, pero el frío hizo a quienes deseaban ver nevar, diluir sus sueños cuando anochecía. La lumbre de la chimenea iluminaba el salón, y la espera terminaba en sus cuartos. Dormía Sevilla, cuando su cielo nevaba. Las plumas de hielo caían en sus calles, pero sus gentes dormían. Nacía un niño en aquella madrugada, y su matrona no llegaba, la nieve cubría su camino, y su bici no avanzaba.

Pueblos que en sus sueños, no imaginaban el color blanco de sus calles, de sus plazas y sus árboles. Amanecía sobre las 08:30, y la nieve cubría sus dehesas, sus casas y sus vidas. Nació Manuel, donde su padre trabajaba, en su casa de campo, en su hogar. Toda Sevilla dormía, pero su familia nerviosa esa noche esperaba su llegada, más su hijo llegó de la mano del sueño blanco.

Amanecía aquel miércoles 3 de febrero, y la nieve no se iba, se quedó en Sevilla, se quedó en sus gentes, que por un día, alegró sus vidas, un día que se les dedicó a ellos, a su tiempo y a su ilusión.

Casi 56 años después, nevó a las puertas de Sevilla, domingo 10 de enero de 2010, último día de la Navidad (quizás sea la única vez que ha nevado en Sevilla en Navidad), la temperatura bajó de los 0 ºC, y las nubes deseaban abrazar Sierra Morena. Desde Huelva a Córdoba, pasando por Sevilla, sus manos de nieve cubrían nuestra tierra, sus dedos peinaban nuestros cuerpos, y su nieve llenaba de ilusión nuestras almas, pero se quedó a sus puertas. Sevilla no bajaba de la barrera de los 2 ºC, y su nieve lloraba en gotas cristalinas de hielo, que sólo hacían soñar despierto a quienes miraban y miraban, y veían nevar en sus calles y sus plazas.

Más los pueblos de la vega, se pintaban de blanco, para recibir el año 10 con las mejores galas, con los mejores deseos, con las ilusiones renovadas. Todos festejaban la venida de las nieves, como sorteo de Navidad que bienes reparte a quienes jugaban con los copos. Nevaba en la Sierra Norte, y el Guadalquivir paró sus aguas, porque quería ser blanco de nieve, y tanto deseo llegó. Castilblanco de los Arroyos y El Pedroso, ofrecían su nieve a la Vega. En poco Burguillos, estallaba en alegría, llegaba el preciado paisaje blanco. Las noticias volaban, vecinos de otros pueblos se desplazaban, no para ver la nieve, sino para ver nevar. Pero no tardó, en breve, la nieve cubría Peñaflor, Lora del Río, Villanueva del Río y Minas, Alcolea del Río, Tocina, Los Rosales, Carmona, Cantillana, Brenes, Villaverde del Río, Alcalá del Río, La Rinconada, La Algaba, San Jerónimo y entrando en Sevilla, su muralla la detuvo.

Hay una ofrenda de la nieve, y sólo de ella, quien ve nevar ve ilusión y alegría, quien ve la nieve, ve vida y recuerdos, y en Sevilla nevó, pues la ilusión y la alegría, la vida y los recuerdos si pasaron la muralla.

FOTOGRAFÍAS DE LA PROVINCIA