25 de febrero de 2011

ANDALUCÍA

Andalucía, tierra soñada por mí.
Si muero lejos de tí,
que mi sueño regrese aquí.


Andalucía, en tu seno vivir,
en tus manos trabajar,
y en tu gente dignidad.


Andalucía, sol de luz,
luna de esperanza,
alegría de vivir, es andaluz.

En homenaje a la Comunidad Autónoma de Andalucía, en su fiesta del 28 de febrero.

BANDERA

La composición de tres franjas horizontales (verde, blanca y verde) que forman la bandera fue aprobada por la Asamblea de Ronda en 1918. Sus colores evocan tonalidades del paisaje andaluz, al tiempo que simbolizan los valores de la pureza y la esperanza en el futuro.


ESCUDO
El escudo, que se inspira en el de la ciudad de Cádiz, está integrado por la figura de un Hércules que sujeta a dos leones entre columnas y a cuyos pies reza la leyenda Andalucía por sí, para España y la Humanidad.

HIMNO
El himno de Andalucía tiene su origen en el 'Santo Dios', un canto religioso que entonaban los campesinos de diversos puntos de la región durante las faenas de la siega. Pese a que tanto la letra como la música fueron anotadas por Blas Infante, su origen es netamente popular. El compositor José del Castillo Díaz adaptó y armonizó la melodía.

La bandera blanca y verde
vuelve, tras siglos de guerra,
a decir paz y esperanza,
bajo el sol de nuestra tierra.

¡Andaluces, levantaos!
¡Pedid tierra y libertad!
¡Sea por Andalucía libre,
España y la Humanidad!

Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos
hombres de luz, que a los hombres,
alma de hombres les dimos.

¡Andaluces, levantaos!
¡Pedid tierra y libertad!
¡Sea por Andalucía libre,
España y la Humanidad!

INFORMACIÓN DE LA BANDERA, ESCUDO E HIMNO OBTENIDA DE LA PÁGINA WEB, WWW.JUNTADEANDALUCIA.ES
http://www.juntadeandalucia.es/conoce-andalucia/simbolos/bandera.html

22 de febrero de 2011

CHAYOTE







Y me habían comentado que había una planta que en su afán de subir, había sumergido al ciruelo entres sus dedos, bajo su torso, dibujando en la vegueta la silueta de un nuevo árbol. Sólo efímero de aspecto juvenil, aunque ya tenía su tronco más de la edad adulta. Y cuando no más podía ascender, sus lazos descendieron a la madre, cubriendo el bajo, creando una nueva forma de vida.

La patata china, como la dio a conocer su propagador en la zona, me engañó. Entre todos los ciruelos, uno crecía verde y hermoso, cuando su hoja debiera haber finalizado su viaje, resaltaba la vegetación en su copa. Más pasos daba y más confundido, pero evidentemente no eran hojas de ciruelo, y ni siquiera era un árbol, era una planta trepadora, muy parecida a una parra, aunque mucho más vigorosa. La descripción del agricultor, me encajaba, ahora descifraba su mensaje, una planta se había apoderado del ciruelo, que sin defensa ninguna, había aceptado a su nueva compañera.

Numerosos zarcillos, la unían a su columna vertebral, que no era otra que las ramas del árbol resignado. Parecían no acabar, y al fortificarse, aparecía el fruto, la patata china, tal como me describió su cuidador. Como una lluvia de frutos, colgaban en su interior, alimentos que no había visto antes, y que la naturaleza ofrecía en pocos días.

También denominada patata del aire, la patata china, es más conocida como chayote (Shedium edule), palabra de origen azteca, lo que nos sitúa en el continente Americano, y no en Asia, aunque es probable, que coexistiera en ambos.

El fruto también conocido por Guatila, se integra dentro de dietas de adelgazamiento, y resulta beneficioso como regenerador celular, anticancerígeno, y es de agradecer por el corazón, al cual le ayuda en su ritmo cardiaco.

Cada día, cada hora, cada minuto, en cada momento, la naturaleza nos recuerda, que nunca llegaremos a dominarla, nunca lograremos controlarla, somos una gota en la historia. El presente es efímero en el pasado, y el futuro emerge de hoy.


INFORMACIÓN BOTÁNICA DEL CHAYOTE
http://www.botanical-online.com/florchayote.htm

18 de febrero de 2011

Y NO LO VEMOS




He pasado por delante de él, como 150 veces, y para él han pasado 150.000 años. Y por más que pasaba, menos atención hacía el entorno, menos observación a quien me mantiene. De niño corría entre sus piedras, bajaba por su arroyo y tomaba su alimento. Más hoy, su silencio me llena el alma de sonido, su verde abre mis ojos ante la oscuridad del gris, su fauna me sorprende cuando más calma me llena, y su entorno me hace llegar al pasado.

150.000 años, ha estado al menos su legado en mi pueblo, miles de años custodiando su aire, y 55 millones de días el sol inspirando su colorido.

Y tuvo que ser el más sabio de la sierra, quien me hiciera recapacitar por donde paso. ¿Acaso por mucho pasar por el mismo camino, lo conoces?, ¿acaso por mucho pisar la misma piedra, sabes que hay en su interior?

150 veces pasé, una por cada mil años que tiene, y no lo ví. Allí, cayó un gran luchador, allí dejó su historia un valiente, que muy joven debió luchar por su vida. Allí, 150.000 años después, me llevó la sabia de la juventud, a descubrir el fósil más importante de los que he tenido oportunidad de ver en su entorno. Un gran colmillo de Mamut, o quizás de elefante, en todo caso joven, un colmillo abrazado al granito desgastado de los miles de años, que florecía entre las palmas, y que la belleza del entorno disimulaba su presencia. 150 veces y no ví el interior, no ví su pasado, no ví al gran luchador que perdió su tierra en Andalucía.

¿Cuántas veces habré de pasar por el mismo camino, para saber su historia?, ¿cuántas veces deberé caerme para saber que tierra piso?, ¿cuántas veces no abrimos los ojos?

150.000 años en la sierra, y su suerte en manos de una decisión, de quien ignora su entorno.
Gracias a la labor de quienes ven en la conservación el futuro.