26 de noviembre de 2009

HURACÁN DE FUEGO

Sol cubierto por el humo
Aznalcóllar, febrero de 2006, 18 meses después

El martes 27 de julio de 2004, se registró en la estación agroclimática de Riotinto (Huelva) una máxima de 38,13ºC (el cuarto día más caluroso del verano de 2004). La humedad media del día fue del 20,46%, y la mínima del 11%. La velocidad del viento llegaba a los 60 Km/h. No llovía desde el 11 de julio de ese mismo año. Calor insoportable, humedad muy baja y sequedad en la sierra, hizo estallar el ataque de un fenómeno incontrolable, el fuego, iniciado intencionadamente.

A las 16:35 de aquel 27 de julio, en Riotinto se originaba el ataque más fuerte conocido por la Sierra de Huelva y Sevilla. Un huracán de fuego, engullía miles de hectáreas de monte. Un incendio provocado traspasaba los límites controlados para destrozar nuestra sierra. El más violento conocido en Andalucía con una velocidad de avance de más de 10 Km/h. Aquella negligencia nos quitaba por muchos años, una parte de nuestra vida. Nos arrancó de cuajo miles de árboles, plantas y animales. Se llevó la vida de un matrimonio, provocó heridas a varias personas, y dejó pueblos enteros en soledad.

Águila calzada, águila culebrera, águila real, ratonero, búho real, cárabo, herrerillo, carbonero, curruca, ruiseñor, cigüeña negra, garza real, mirlo, gavilán, milano negro, arrendajo, perdiz, golondrina, alcaudón, rabilargo, trepador, gineta, meloncillo, zorro, jabalí, ciervo, nutria, gato montés, comadreja, conejo, tejón, murciélago, garduña, hurón, oveja, cabra, cerdo, caballo, yegua, toro, vaca, alcornoque, encina, matorral, eucalipto, pino, palmas, retama, romero, víbora hocicuda, lagarto ocelado, lagartija colilarga, lagartija ibérica, y así una larga lista de seres vivos que bien perdieron su ecosistema o, más grave se perdieron en aquel incendio, aunque sin duda la mayor tragedia fue la muerte de un matrimonio a causa del fuego en Las Delgadas.

27.839 hectáreas arrasadas (superficie igual a la de 28.000 campos de futbol) y heridas de muerte y soledad, de odio y tristeza. Pueblos que se quedaron entre cenizas y recuerdos, perdieron su entorno y lloraron por su sierra. Su economía gravemente afectada, todo por que la vida de sus montes se perdía.

En Huelva, Berrocal, Escacena del Campo, Minas de Riotinto, Nerva, Paterna del Campo y Zalamea la Real. En Sevilla Aznalcóllar, El Castillo de las Guardas, El Garrobo, Gerena y El Madroño.

Después del desastre, muchas promesas se hicieron, pero poco a poco avanzan los días, y las promesas caen en el olvido, lugar que pareció instalarse en las zonas quemadas. El paisaje que quedó tras el paso de las llamas, es desolador y nunca visto por los vecinos de los pueblos afectados. Harán falta 40 años para que el paisaje se parezca, a aquel que existía antes de pasar el fuego por sus vidas. No se cuantos vecinos se irán con la pena de no ver su sierra, dando cobijo a encinas y alcornoques, a ciervos y jabalíes, pues hay quien no llegue al 2044.

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