2 de diciembre de 2009

OLIVO

Monumento al olivo, Burguillos (Sevilla)
"Carrasqueño de Alcaudete", existen datos que confirman la presencia de este olivo hace más de 500 años. Algunos expertos fijan su edad en torno a 1.000 años. Proviene de una finca de Alcaudete (Jaén).

Olivo agarrado a su tierra. Sierra de Ronda (Málaga)

Campos de olivar entre Baeza y Úbeda (Jaén)

Museo de la cultura del olivo, Baeza (Jaén)



Olea europea, olivo, árbol longevo de nuestra tierra. Si un árbol tuviese que contar la historia de Andalucía, no podríamos dudar, dejaríamos hablar al olivo.

El olivo, fue la primera especie arbórea “domesticada”, hace unos 6.000 años en Oriente Próximo. Llegó hasta Andalucía a través de los fenicios o griegos, quienes expandieron el cultivo por todo el Mediterráneo, aunque en la península ya disfrutábamos del acebuche (olea europea var. Sylvestris). En la cultura griega ya existía legislación para la protección y expansión del olivo.

Oleum, ya fue muy valioso en las culturas romana y árabe. La leyenda se refiere al olivo como un don de Dios entregado a Adán por medio de su hijo Seth. En la cultura griega Palas Atenea, diosa de la sabiduría, hace del aceite símbolo de curación y paz, al igual que en la cultura cristiana.
Sus usos en las antiguas culturas se basaban en alimento, combustible, medicinas, jabón y cosméticos, usos que aun perduran en nuestra sociedad.
Hoy día en Andalucía, no hay provincia donde no resida este árbol milenario. Siete casas, y un palacio, hicieron en el sur hogar al olivar. Desplazó dehesas de encinas para asentarse y perdurar hasta nuestros días. Su cultivo llegó a lugares escarpados y de difícil acceso. En referencia a la agricultura ecológica, cultivo pionero y más extensivo. Hoy el cultivo se ha adaptado perfectamente a buenas prácticas agrícolas, evitando erosión y con ello la desertificación, así como recuperar el ecosistema a través del control en las aplicaciones de fitosanitarios, desarrollando para ello programas específicos de malas hierbas, plagas y labores, redactado en el protocolo de Producción Integrada y Producción Ecológica.

El 60% de la superficie olivarera nacional, se encuentra en Andalucía. Aceites andaluces son ya mundialmente conocidos, además de aceitunas de mesa. Variedades como la hojiblanca, picual, lechín de Sevilla, gordal, manzanilla, aloreña, verdial de Vélez-Málaga, carrasqueña de Córdoba (picudo o picuda), y la última niña de nuestras variedades, hija de picual y arbequino, sikitita (chiquitita), se extienden por tierras del sur, nacidas y criadas por andaluces.

Olivares de Huelva que han visto de sus vecinos vinos salir, lluvias llegar y brisa pasar. Barcos de andaluces partir, a otras tierras y en ellos olivos que hoy oro dan donde oro salió. Olivo de Huelva, que ves los cielos de aves pasar, y tus raíces a Doñana quieren llegar. Desde tu costa de la luz Huelva, llevas por el Guadalquivir mercancías a Sevilla, y en sus orillas, aparece el árbol que la gordal hizo criar. Desde la vega a la sierra, años de trabajo, y rutas que famosas se hicieron por ti. En Córdoba, culturas has visto pasar, y entre sus campos de olivar, suspiros de Castilla por verte llegar. Granada, y al frío resistió, más en su camino a la costa caminando, llegó a la Alpujarra, y en su tierra se quedó impregnado de su agua y su gente. Pasó a Almería, donde el Sol le ofrecía horas y horas de luz, para dar un sabor especial a su zumo, que de oro a viejo pasó. En Málaga, besó la playa, para cubrir de sal sus raíces, pero no pudo imaginarse que desde la sierra bajara, a la orilla del mar que le trajo, de las aguas que portaron su especie a nuevas tierras. Málaga, le cedió a Cádiz, por Ronda su olivar, y en su último viaje por Andalucía, Cádiz lo supo apreciar. Y en Jaén paisajes de propiedad, inmortales en el recuerdo, que regalaste al olivo, tu tierra y tu vida, tu casa y tu corazón, porque no hay olivo que no suspire por anclar sus raíces en su madre jienense.
MUSEO DE LA CULTURA DEL OLIVO, BAEZA
MUSEO DEL OLIVAR Y DEL ACEITE, BAENA

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