17 de febrero de 2012

CLAVADO EN LA ARENA


La velocidad de datos, hacen al cerebro absorver las percepciones sin tiempo a reflexionarlas. Nuestro ritmo de vida, llena de deseos el pensamiento, quien en verdad, no hereda de la razón la virtud de la paciencia en las decisiones. Nosotr@s vivimos rápido, ¿pero vivimos mejor?
No tenemos tiempo para las noticias, leemos sólo los títulos, claro ejemplo son las redes sociales. Cada día nos llegan vínculos de artículos, de los cuales sólo leemos su título, y con ello deducimos el contenido, al que ni siquiera hemos prestado atención. Es difícil leer un periódico en un día, pero tenemos el record de ojear todo su contenido en diez minutos, ¿verdaderamente hemos leído el periódico?
No tenemos tiempo para el relax, considerándose la desconexión parcial de los sentidos, y no por una hora, sino por el tiempo necesario. La televisión adsorve la creación, se añoran aquellos cuentos leídos en el anochecer a los más pequeños, ahora se quedan en riñas innecesarias. Se pierde la imaginación del cuenta cuentos y la creación de las ideas del ser más inocente de la naturaleza.
¿Desde cuando no se dedica tiempo a escuchar a un familiar, amig@ o compañer@?
Los museos se convierten en una carrera de obtáculos, cuando cada obra expuesta necesitaría de un día para admirarla. Los deportes que dejan tranquilidad en nuestro cuerpo desaparecen, para darles prioridad a los más dinámicos y emocionantes.
Gastamos nuestra vida en el coche, en el sofá, y en el PC. Necesitamos mejorar, aprender con la Naturaleza.
Si llegaste a leer hasta el presente párrafo, al menos, crearás en tu mente la idea de la razón, realizarla sería parte de mi mensaje.

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