25 de febrero de 2012

CHUMBERAS (Opuntia ficus-indica)





Se perdía la vista en sus filas, cuando en los días soleados paseaban a sus orillas. Las chumberas, habían ocupado tiempo atrás, líneas rectas y curvas de lindes de fincas. Presentes en todos los pueblos de Andalucía, eran originarias de México, país donde se sigue cultivando como alimento tanto humano como de animales. Conocida como Nopal o Tuna, México e Italia, son los dos grandes productores del mundo. Entró a través de las rutas con el “Nuevo Mundo”, y al igual que el maíz, Palos de la Frontera los vio llegar por vez primera a Europa.
Crecían sin control y su desarrollo vigoroso, hacía verdaderos refugios de animales e insectos en su dominio. En los campos, se plantaban con la intención de hacer cercados, gracias a su gran desarrollo, vigorosidad y la presencia de molestas espinas. Era la planta ideal para delimitar zonas, y con ello favorecer el control del ganado en libertad, que quedaban dentro de los cercados. Se debía esperar al menos unos tres o cuatro años, para el buen desarrollo de la barrera. Su presencia era generalizada en las dehesas, imprescindible para las ganaderías de toros bravos. Una vez desarrollada, la hilera de chumberas se conocía como “vallado”. Hoy día el vallado de chumberas, ha sido sustituido por hileras de postes y alambres. Estas vallas modernas, que en menos de un día crecen por las dehesas, han puesto coto a la libertad de la sierra, y más aun, los entornos de los pueblos, donde en su horizonte se instalan nuevas cada día, más si cabe, potenciado por los continuos robos en las explotaciones agrícolas y ganaderas.
En los pueblos, l@s vecin@s, daban utilidad a esta planta que le acompañaba en su vida diaria, tanto como alimento, como medicinal. Sus frutos, conocidos como “higos chumbos”, eran de exquisito paladar, para quien apreciaba sus propiedades. Sin embargo, también se alimentaron animales. Ante la necesidad de alimentos para el ganado, se recogían sus tallos, y en una buena hoguera se quemaban. Con ello, se conseguían eliminar las fastidiosas “púas” o “espinas”, y una vez quemadas éstas, y apagado el fuego, se recogían los tallos quemados, que se daban como sustento a los animales, muy especialmente a los cerdos.
Actualmente, quedan pocos vallados de chumberas o “pencas”, como se conoce en mi entorno, pero en ciertas ocasiones, nos cruzamos con ellas. Donde aún quedan en bordes o lindes, es fácil encontrar nuevas plantas en los cultivos anexos, más si son leñosos. Su propagación por esquejes favorece la dispersión, aunque no llega a formar nuevas colonizaciones de terreno, debido al control sobre ellas. En su interior, albergan madrigueras de conejos, dan refugio a reptiles y serpientes, protección a pequeños roedores, y alimentos a aves. De todos, en el mundo animal, quien saca mejor partido de un vallado, son las arañas, quienes tejen imponentes trampas de telas de araña, en un lugar poco transitado, gracias a sus espinas, más fuerte aun si aparece la zarza. Un refugio alto y donde el aire circula con facilidad, con ello se facilita el vuelo de otros insectos que quedan atrapados en sus redes. Las arañas, han creado verdaderas comunidades de vecinos, donde su vida se llena de tranquilidad y nunca las despensas se quedan vacías.
Este año, sus entramados parecen pequeños y viejos, y si atendemos a los sabios del lugar, los años con poca humedad, es de peor calidad y cantidad sus telas de araña. Prestar atención, cuando el ambiente se llene de filos hilos de estos insectos, la ansiada lluvia se aproximará.
Humilde vigía de los caminos,
llegaste desde el renacer.
Ración de vida que alimentó,
a quien a tu lado se crió.

                              (Nuva, 2012)

FUENTE DE INFORMACIÓN:
PUEBLOS
L@s m@s sabios de nuestros pueblos, los mayores.


ENLACES:
COSAS DE ANDALUCÍA
BIODIVERSIDAD MEXICANA

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