18 de febrero de 2011

Y NO LO VEMOS




He pasado por delante de él, como 150 veces, y para él han pasado 150.000 años. Y por más que pasaba, menos atención hacía el entorno, menos observación a quien me mantiene. De niño corría entre sus piedras, bajaba por su arroyo y tomaba su alimento. Más hoy, su silencio me llena el alma de sonido, su verde abre mis ojos ante la oscuridad del gris, su fauna me sorprende cuando más calma me llena, y su entorno me hace llegar al pasado.

150.000 años, ha estado al menos su legado en mi pueblo, miles de años custodiando su aire, y 55 millones de días el sol inspirando su colorido.

Y tuvo que ser el más sabio de la sierra, quien me hiciera recapacitar por donde paso. ¿Acaso por mucho pasar por el mismo camino, lo conoces?, ¿acaso por mucho pisar la misma piedra, sabes que hay en su interior?

150 veces pasé, una por cada mil años que tiene, y no lo ví. Allí, cayó un gran luchador, allí dejó su historia un valiente, que muy joven debió luchar por su vida. Allí, 150.000 años después, me llevó la sabia de la juventud, a descubrir el fósil más importante de los que he tenido oportunidad de ver en su entorno. Un gran colmillo de Mamut, o quizás de elefante, en todo caso joven, un colmillo abrazado al granito desgastado de los miles de años, que florecía entre las palmas, y que la belleza del entorno disimulaba su presencia. 150 veces y no ví el interior, no ví su pasado, no ví al gran luchador que perdió su tierra en Andalucía.

¿Cuántas veces habré de pasar por el mismo camino, para saber su historia?, ¿cuántas veces deberé caerme para saber que tierra piso?, ¿cuántas veces no abrimos los ojos?

150.000 años en la sierra, y su suerte en manos de una decisión, de quien ignora su entorno.
Gracias a la labor de quienes ven en la conservación el futuro.

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