28 de octubre de 2008

CORAZÓN


Como puede llegar el corazón a pensar que es el dueño del cuerpo, que sin él nada funciona, que sin él la vida se para, pero no conoce quizás que sus pulsaciones pueden ser dañinas o mortales, que su felicidad y energía puede provocar enormes derrumbes en otras zonas del cuerpo. Claro solo le llega información a través de una sangre ya mermada, la recupera y la envía a los almacenes de oxígeno, pero siempre la sangre enérgica quedará en otro camino y no pasará por su cruce. Él que con tanto son, contagia de vida a los músculos, no puede moverse de su sitio, y con su esfuerzo y trabajo constante vitaliza todo el resto del cuerpo, incluso en los lugares más oscuros de nuestra mente, aquella maligna, es nutrida por la fuerza de su motor.

Sólo nuestro corazón sería el lugar más indicado para custodiar el amor. Por ello hay que eliminar de él todo sentimiento opuesto al amor, pues sería dañino, afectando a la parte más remota de nuestro cuerpo. El odio avanza en los latidos como veneno en agua cristalina. El amor reparte vida a nuestro ser, y nuestra alma se llena de esperanza y felicidad, entendiendo esperanza no como sueños, sino como vida.

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